
Con las pantallas encendidas y con el corazón abierto, este año realizamos el XXIX GEDEC (Gran Encuentro de Comunidades) de manera online. Compartimos tres días de encuentro profundo con nosotros mismos, con los demás y con Dios. Y asi conectados a través de los dispositivos tecnológicos, nos adentramos en el Camino al Corazón, dispuestos a recorrer juntos la quinta etapa de este Camino: “Identificándonos”.
Señor, queremos identificarnos con vos y decir como Pablo: “No soy yo, sino Cristo que vive en mí” (Gal 2, 20)
Después de un año en el que muchas cosas de nuestra vida cotidiana han cambiado, el GEDEC también tuvo que adaptarse a la realidad que nos toca vivir. Y el desafío de reemplazar el modo presencial por el virtual fue grande, y grandes son sus frutos también: más de 400 personas pudieron participar este año del GEDEC desde Argentina, Chile, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos y México! Lo hicieron desde sus casas, y algunos reunidos en pequeños grupos. Y así, todos viviendo el retiro -coordinado por Inés Ordoñez de Lanús- desde sus lugares, pero unidos en un mismo deseo de crecer en el amor y la identificación con Cristo.
Con inmensa gratitud por todo lo vivido y compartido, decimos ¡gracias al equipo de 47 acompañantes espirituales de diferentes sedes que coordinaron los grupos de «pequeñas comunidades», y P. Javier de Jáuregui, al P. Cesár de Salta y a Monseñor Jorge E. Scheinig, obispo de Mercedes-Luján, por celebrar misa cada día!
Agradecemos especialmente a las personas de la Comunidad que generosamente nos apoyaron a través de la campaña de becas. Y a las empresas que nos siguen acompañando, año a año.


Quería contarles que el 11 de febrero, elegí festejar mi cumpleaños en el GEDEC. Cumplir 65 años con este regalo de Pablo que me desafía a iniciar una nueva etapa de vida es lo más grande y hermoso que me pudo pasar. Doy gracias a Dios por estos tres días increíbles, sorprendentes, desafiantes, que me llenaron de felicidad y me permitieron zambullirme en el Corazón de Jesús.
Cecilia
Gracias Inés y gran equipo. Que SEA en mí, Señor…
Estoy sumamente agradecida por la experiencia de este retiro, iluminado por el Espíritu Santo. Gracias a todos los miembros que participaron de una u otra forma para que fuera posible su realización. Me imagino que haya sido una logística tremenda sobre todo que todo en esta nueva modalidad virtual.
Myrna
Definitivamente todo es posible con Dios, el premio a esa obediencia y docilidad es que nos han dejado esto que llevaré y muchos igual, por siempre en mi corazón como muestra de una de mi más grande experiencia de conocimiento e intimidad de Dios en mi vida. Las llevo en el corazón y encomiendo la misión para que siga nutriendo a tantas almas…todo mi cariño, admiración y respeto.