Me había llegado el momento, tome la decisión con total libertad, dispuesta a ser honesta, a aceptar que era mi propia voluntad el estar ahí, a sentir que lo quería hacer…. Y así lo viví, tranquila, abierta, sin prisa y sin pausa… Feliz!!
Tal vez el no sentir presión, saca de mi lo mejor, contaba hasta con permiso de retirarme, tenía los frentes abiertos para una huida gloriosa, pero elegí quedarme, cuando fui a mi casa… Sentí que nunca me había retirado de ese… mi espacio, mi tiempo, mi lugar… Que quería y disfrutaba del retiro.
En cuanto a los encuentros personales, los silencios, la oración… Me sorprendieron… Fueron más cortos y placenteros de lo que pensé o imaginé. Y si bien uno sabe que nada malo puede suceder… Nunca deja de temer a que los sentires te jueguen una mala pasada, y quedar expuesta… Pero no, me ayudó a afirmarme en mi persona, a saberme, a escucharme, a quererme… A entender que Dios tiene cosas por contarme, sólo necesita que yo pueda y quiera escucharle.
Y me divertí, lo disfruté, apareció mi niña y sentí lo que deben sentir mis hijos cuando los «mando a pensar»… Algo tan simple, tan fácil, que nos hemos olvidado de practicar… Me sentí mimada, querida, cuidada… Y en esa comunidad, es donde yo he descubierto que Dios me habla, me muestra, me acompaña…
Llegué a mi casa feliz, tranquila, plena… Disfrutándolos, valorando su compañía, pero consciente de que es mi responsabilidad mantener esa condición en mi corazón….y que eso implica aceptar que estos momentos son buenos y necesarios.
Es mi «determinada determinación» que esto perdure, que esa respuesta que vine a buscar hace 4 años, si bien sabía era un camino, nunca imagine que fuese un camino al corazón… Porque así es El, tan simple, que es difícil, por que soñé en ser única sin rótulos ni estigmas… Y sólo en el lo soy…. En Dios y con Dios … Ahí no soy ni mama, ni hija, ni la novena, ni hermana, ni, ni, ni…Sólo soy, al resto, El, ya lo sabe… Falta que yo lo terminé de entender… Y disfrute del privilegio de ser única entre los muchos…. Sentirme importante, querida, e imprescindible en el plan que Dios me tiene pensada desde siempre….
Carolina
Mi vida no ha sido fácil, he tenido muchas experiencias de “casi” ir al cielo, con mucho dolor, sangre, heridas y angustia.
Soy psicóloga y he trabajado mucho en reparar estas heridas, tengo 23 años de terapia personal, esto lo cuento porque, en este retiro de 5 días de silencio, al cual pensé que no iba a poder realizar…no solo lo logré, sino que sentí un nuevo nacimiento, pero esta vez, sin sufrir, sin sangre, sin heridas y sin angustias, fue un nacimiento en las manos del Señor y las «comadronas» que me acompañaron estaban mas que preparadas para contenerte y acompañarte en este momento. Creía que con la terapia de años había resuelto muchas cuestiones, cuando me sumergí profundamente en Mi Corazón y me encontré con el Señor, me di cuenta que había heridas que no habían sido cerradas, habían sido racionalizadas y podía seguir adelante en mi día a día, pero el perdón verdadero que pude hacer desde mi corazón y la aceptación de esta vida que es la que el Señor elije para mi fue maravilloso. Me encantaría que todos tuviesen esta oportunidad de meterse para adentro, sin temor, estamos acompañado de nuestros guías y por sobre todas las cosas con Dios, fue para mi una experiencia inolvidable. No solo en el retiro, luego en el regreso a lo cotidiano pude poner en práctica la contemplación y la templanza ante dificultades que en otro momento me desesperaba, es hermoso sentirse en las manos del señor: tu en mi Señor, yo en ti.
Gracias a todos los que colaboraron para que este retiro pudiese realizarse. GRACIAS!!!!
María Fernanda
Ha sido el retiro más largo que hice y he quedado ya movida para hacer el de Luján que son unos días más. En lo particular, fue muy movilizador. La experiencia de silencio fue absolutamente necesaria y productiva. Y, demás está decir, lo que significó el acompañamiento espiritual en estos días. Realmente todo impecable y me encantaría darlo a conocer a todo aquel que tuviera alguna duda en tener una experiencia de este tipo, ¡creo que vale la pena hacernos un regalo así!
Gabriela
En la hermosa experiencia vivida en el retiro del SEA en Villa Allende, Córdoba, puedo compartir que sigo estando en la sintonía con Jesús, donde las palabras están demás!
Sí puedo expresar cuánto amor y ternura nos tiene el Señor para abrazarnos en el lenguaje de las heridas, donde la misericordia crece en el más profundo silencio en el jardín del Amado, aprendiendo el arte de amar!
Solo me resta decir: ¡GRACIAS SEÑOR POR DARME LA «VIDA»!Fanny