Cómo vivir DESPIERTOS a nuestras decisiones

El pasado 22 de marzo, Licha Palazuelos nos orientó con una charla sobre la segunda parte del camino al corazón que guía este 2018 con el «Despertándonos».

Además nos compartió unas palabras para ayudarnos a entender las etapas de estos dos primeros años y cómo llevarlas a la vida diaria.

¿Cómo resumirías el “Decidiéndonos” y por qué ahora corresponde la etapa de “Despertándonos”?

La primera etapa – “DECIDIÉNDONOS”   – tiene que ver con la libertad de cada persona.   Es la respuesta a las preguntas ¿Quiero? ¿Quiero vivir para amar? ¿Quiero seguirte Jesús?

Solo nosotros mismos podemos responder a estas preguntas. Las respuestas tienen que venir desde adentro. Desde nuestro propio corazón. Cuando la respuesta es ¡Si! ¡Quiero! De ahi mismo viene la fuerza que vamos a necesitar para vivir y sostener esta DECISIÓN. Vamos a tener que volver una y otra vez a ella. Cada día. Y para poder crecer en la práctica del amor que hemos elegido libremente, necesitamos estar DESPIERTOS a la Presencia de Dios que nos habita en lo más íntimo, a nuestra vida interior, a los otros y a toda la creación.

¿Qué consejos o tips nos puedes dar para llevar a la vida diaria el “despertándonos”?

Para vivir DESPIERTOS, lo primero es la oración. La oración es maestra. Nos va enseñando a ESTAR en Presencia de Dios que ES/ESTÁ en el presente.   Estar despiertos es vivir en el presente, conscientes de nosotros mismos y de todo lo que nos rodea para poder ir eligiendo durante el dia como queremos vivir.

La higiene del corazón y la oración de desahogo también nos ayudan a DARNOS CUENTA como estamos viviendo, recorriendo las cinco puertas de la célula.

Algo tan sencillo como DETENERNOS, hacer una pausa para poder elegir como queremos responder. Tomar consciencia de nuestra respiración cuando nos damos cuenta que estamos tensos, y soltar, aflojar el cuerpo. Pequeños actos de entrega durante el día: “ Señor Estas aquí, Estas en mí, Confío. El cuerpo nunca nos miente. El entrar dentro de nosotros mismos, con amorosa curiosidad y respeto es un camino apasionante que nos va sorprendiendo y nos lleva más y más a la verdad de quienes somos, desvelando nuestros “lázaros”, para dejar que, Dios mismo en nosotros, los resucite. Y podamos vivir enriquecidos con la vida que nos regalan estas partes nuestras, antes negadas y relegadas al olvido, cuando son tocadas por la luz de la verdad.