Por Inés Ordoñez de Lanús
Querida comunidad, desde Jericó y comenzando nuestra peregrinación les escribo esta carta.
Los invito a que nos unamos en oración por la intención que nos pide el Papa, orar por tantos cristianos perseguidos en el Medio Oriente por confesar su fe en Cristo. Qué testimonio para todos nosotros! Que valentía!! El martirio es el testimonio más elocuente de la acción del Espíritu Santo en una persona. Capaz de vencer el miedo a la muerte por Cristo, ahí vemos cómo el amor vence al temor.
¿Y qué nos dice a nosotros? Hoy Jesús se aparece en nuestras puertas cerradas, se acerca a nuestros escondites, nos invita a mirarlo y a tocar sus llagas…
¿Dónde estamos? ¿Qué estamos haciendo con nuestra vida?
Qué excelente oportunidad la de esta fiesta para presentarnos al Señor con nuestros miedos, inseguridades, preocupaciones, con nuestras caídas de siempre y nuestros cansancios…
Una vez más el Señor atraviesa nuestra vida, y como Zaqueo, nos invita a bajar pronto!!!
El encuentro entre Jesús y Zaqueo expresa tan bien la espiritualidad del Camino al Corazón que estamos recorriendo. Intenté describirlo en mi ultimo libro que ya les presenté…
Y ahora estoy en Jericó… y me animo a decirles que renueven su deseo de VER a Jesús, de contemplar su rostro. En Jericó, Jesús curó a Bartimeo de su ceguera. ¿Cual es mi ceguera hoy? ¿Qué cosas no quiero ver? En esa resistencia me estoy resistiendo también al Dios de la Vida. El Señor cura mi ceguera al mismo tiempo que me da la fuerza para atravesar, aceptar y asumir lo que me cuesta ver. Démonos hoy un tiempo para mirar nuestros escondites de siempre, y sepamos que allí mismo el Señor nos va a ir a buscar y encontrar si …
Si nuestro corazón lo busca y lo anhela. Si somos capaces de subir a un árbol para vencer nuestra poca estatura o la multitud. Si somos capaces de sobreponernos a nuestras dificultades y a las ajenas…
¿Que nos está impidiendo u obstaculizando a que el fuego del Señor nos encienda y entusiasme?
Por favor, démonos cuenta!! La vida es corta, el tiempo pasa, y de verdad podemos hacer nuestra vida y la de los demás diferente. Es NECESARIO que lo deseemos, que pongamos nuestra intención en el corazón. Recordemos: decisión, intención y acción!! La nuestra, pero sobre todo la de Dios. Entonces experimentaremos la acción de Dios que transforma nuestros imposibles en posibles, nuestros muros en puertas, nuestras crisis en oportunidades y nuestro pecado en gracia!!!
Y dese el Corazón de la Llena de Gracia quedémonos unidos en un SEA continuo de alabanza, gratitud y adoración a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Amén, desde Jericó, con Zaqueo y Bartimeo, me quedo unida al corazón de cada uno.
Que ASÍ SEA!!!
¡Gracias Flickr por la imagen!