Por Inés Ordoñez de Lanús
Querida comunidad,
Hoy es el último día del papado de Benedicto XVI, nos ha pedido que recemos a todos los católicos, y de manera especial a «los contemplativos; a las comunidades contemplativas»…y nosotros, como «nueva comunidad» y cuyo carisma es la contemplación, nos sentimos especialmente llamados en esta invitación.
El mismo se retira al monte de la oración, así lo dijo el domingo pasado, iluminando su renuncia con el evangelio de la transfiguración.
Estamos viviendo un tiempo que nos llevará «mucho tiempo» darnos cuenta de su trascendencia a todo nivel.
En primer lugar, el acto del Papa, y su confianza en Dios, su humildad y su valentía para realizarlo, y eso es muy consolador y esperanzador; y en segundo lugar el motivo por el cual deja la sede de Pedro vacante para que la ocupe a quien Jesús elija para conducir a la Iglesia en este momento de tanta crisis.
Quisiera que todos meditemos sus mensajes, homilías, catequesis y discursos que ha dicho en estos días, desde que anunció su decisión hasta mañana. En todos ellos reconocemos su absoluta confianza en Jesucristo, como Jefe de la Iglesia y su amor a la Iglesia al mismo tiempo que sus advertencias y sus veladas o explícitas denuncias, todas ellas en un tono y gesto marcadamente profético.
Por algo puso a toda la Iglesia de pie, en este año de la Fe; exhortando a todos a renovar su adhesión a Jesús y a la Iglesia por medio de una participación activa en una comunidad de fe.
Es también muy significativo para nosotros, comunidad del SEA, que nos llegue este acontecimiento, en el año de la comunicación-comunidad-comunión-unión.
Los invito a todos a orar ininterrumpidamente, somos corredentores, hemos entregado nuestra vida en un martirio de amor, nos duele la crisis de la Iglesia, al mismo tiempo que nos urge en el amor.
Unámonos al corazón del Papa y a su soledad solidaria; recemos por todos los Cardenales que participarán en el Cónclave, porque tengan un corazon puro y buena intención en la elección que hagan.
Y confiémomos al Espíritu Santo en íntima unión con la Virgen María, Madre de la Iglesia.
Los invito a que nos reunamos, comencemos los grupos, oremos en familia, sobre todo en estos días previos al cónclave y durante el mismo.
Con todo mi amor,
Inés