Por María Martha Canavesio
El fin de semana del 11 al 13 de octubre, realizamos un Retiro del SEA de Oración Contemplativa en Cabana, Córdoba. Coordinado por Marcela Villalonga y Enriqueta Ordoñez, acompañantes espirituales de Buenos Aires, junto a acompañantes de esta ciudad, el retiro se desarrolló a la luz del lema “Un año para contemplar”, enunciado por el Arzobispo de Córdoba, monseñor Ñañez.
Las 48 personas que participaron del retiro llegaron con diferentes expectativas, buscando silencio y paz interior, intentando encontrarse consigo mismas, mientras que otras anhelaban un encuentro personal con el Señor, y todas salieron reconfortadas, felices y muy agradecidas a todo el equipo organizador, a Florencia, Adriana y Graciela, que fueron instrumentos tan dóciles en las manos de Dios. También al P. Marcelo Renardi, que celebró misa el día sábado.
¡Bendito seas Señor, por el regalo de esta experiencia de silencio, oración y vida contemplativa, compartida en comunidad!!!
“¡Gracias, gracias, gracias Señor!!!
¡Por este tiempo de retiro, oración y encuentro profundo y contemplativo con Vos!!!
Gracias a Marce y Enri, coordinadoras, acompañantes y formadoras; amorosas y entregadas a la acogida y a la escucha; ¡siempre atentas y presentes!!!
Gracias, por su servicio, a Graciela, Flor y Adriana, Acompañantes de Córdoba, con quienes, dos de ellas, tengo la gracia de compartir, todos los jueves, en el CAE.
Gracias a todos, y a cada uno, de los integrantes del retiro… Mis hermanas de promoción, mis queridas amigas, egresadas el año pasado, compañeras de primero, segundo y tercero, ¡a todos!!!
A vos Marcela, GRACIAS por este precioso tiempo de acompañamiento, por haber despertado a mi niña y haberme ayudado a sacarla de sus escondites, de su dolor, para poder acogerla y amarla con misericordia y ternura. ¡Gracias!!! ¡Te quiero mucho!!!
Querida Enri, ¡gracias por todo los momentos compartidos!!!
Voy a extrañar su presencia, tan querida, en estos años, pero están atesorados, todos esos momentos, en mi corazón, junto a Jesús y María!!!
¡Alabo a nuestro Señor por tanta Gracia y tanto Amor recibido!!!
¡Gracias, gracias, gracias Señor!!!
Abrazo inmenso!!!”
Ana María