Compartimos un testimonio del desierto que se hizo en el Convento de Santo domingo en Madrid.
El último 23 de mayo tuvimos la bendición de poder experimentar un día de oración y silencio en Madrid.
Llegué a Madrid en octubre del 2011 con el anhelo de poder continuar mi camino al corazón, que yo resumo en mi búsqueda de Dios.
Así empezó y se desarrolló el grupo de oración en el viejo continente: En un principio éramos tres expatriadas que nos juntábamos a rezar todas las semanas. Las tres compartíamos una misma experiencia estar lejos de nuestras tierras y de nuestros seres más queridos. Mis amigas estaban muy interesadas en aprender sobre la oración contemplativa, y yo trataba de transmitirles lo que aprendí sobre la misma en el CESM. De a poquito se iban sumando más personas, ya en enero éramos cinco. Y me sorprendía y me sigue sorprendiendo como la oración nos une con lazos de fuego. Hoy puedo decir que ya somos diez personas en el grupo de oración, todos expatriados menos una española, y construimos un grupo muy unido y de amistad muy fuerte a pesar de los pocos meses que llevamos compartidos.
En pleno invierno español recibo un mail con la propuesta de Inés de hacer un día de desierto en Madrid. Me asustaba un montón pensar en organizar un desierto, lo sentía como algo muy grande, nosotros solo nos juntábamos a rezar. Finalmente se llevó a cabo ese día tan esperado. Fuimos doce personas a disfrutar de un día de tranquilidad y descanso en Cristo. Esta experiencia nos unió aún más como grupo y como discípulos de Jesús. ¡Gracias Inés por dedicarle un día de tu estadía en Madrid a acompañarnos y a enseñarnos a orar! El desierto se desarrolló en San Lorenzo del Escorial, en las afueras de la ciudad, en el convento de las hermanas dominicas.
No puedo dejar de nombrar y agradecer a la parroquia Nuestra del Señora del Rosario de Filipinas ya que sin su ayuda este desierto no se hubiera podido lograr. Nos ayudaron a promocionarlo, dejándonos espacio en las misas, en la cartelera, en las distintas actividades de la parroquia para que anunciemos este día de Desierto.
Sigan acompañando con sus oraciones a esta pequeña comunidad del CESM en Madrid que si Dios quiere pronto podrá ser parte de la diócesis de la capital española.
Les mando un abrazo lleno del amor del Señor,
Victoria de la Bouillerie.