Cómo fue el inicio de la filial de Chile

María Chiappe, quien inició las actividades del CESM en el país, comparte su testimonio sobre las comienzos:
El 25 de diciembre de 1994, partimos en familia a vivir a Santiago, por traslado de trabajo de Eduardo, mi marido.
Antes de salir, Inés me dijo: «Te doy el envío de llevar el CESM a Chile».
Yo la miré sorprendida, porque mi intención era tan solo acompañar a mi marido a su nuevo destino.
En febrero conocí al Padre Fernando Edwards en el Monasterio Benedictino de las Condes. Me lo había recomendado como Confesor un Abad de Argentina. Y cual fue mi sorpresa cuando descubrimos que ambos hacíamos oración contemplativa, leíamos a los mismos maestros espirituales. A partir de allí surgió entre nosotros una lindísima amistad espiritual.
En marzo de 1995, recién mudada a la casa de Santiago, Verónica Nevares, la única argentina que conocía en Chile, me invita a un almuerzo de camaradería de argentinas.
Allí conocí a Agustina Pitt, argentina que tambien estaba en Santiago por trabajo de su marido, con la que estuvimos conversando sobre nosotras y nuestras actividades. Agustina me preguntó: «si te armo un grupo de personas, vos nos enseñarías a disponernos para la oración contemplativa?»
Yo asentí sin conocer aun el poder de convocatoria de Agus!
A la semana, comenzó el primer grupo de oracion Magnificat de argentinas, en el que había alguna chilena. Marcela Rueda, mitad argentina, mitad chilena, era miembro de ese grupo. A los 15 días se abría el segundo grupo Magnificat, esta vez de chilenas, y una mexicana que se sumo al poco tiempo.
Muchas personas se iban interesando en este tipo de oración, y en junio le propuse a Inés que viniera a Santiago a dar una Jornada en casa. Era el dia del Sagrado Corazón de Jesús. La casa se llenó!
Finalizamos con la Eucaristía celebrada por el Padre Jaime Tocornal, párroco de la zona.
Mas adelante se realizo una Jornada de Matrimonios en las Hnas. Trinitarias. A partir de allí se formó el primer grupo de oración de matrimonios, seguidos de varios más. Los grupos iban aumentando, ahora funcionando en distintas parroquias. Comenzaron algunos Talleres.
En junio de 1996, Inés vino a Santiago a guiar el primer Retiro de oración contemplativa de una semana, en los Maristas.
Era un grupo formado por laicos, hombres y mujeres de toda edad, y un sacerdote al que el Padre Fernando Edwards le había recomendado concurrir. Era nada menos que el Padre Maximino Arias, teólogo y formador del Seminario.
A partir de ese retiro, el Padre Maximino fue nuestro consejero eclesiástico hasta el momento de morir. Como te extrañamos!
Los Obispos nos abrieron con mucha generosidad las puertas de Santiago! Se dieron cuenta que este Carisma del SEA venia a vivificar la Iglesia y el mundo, venia a trabajar en comunión con la Pastoral diocesana. Gracias, gracias!
En Julio de 1996, a Eduardo, mi marido lo vuelven a trasladar a Argentina, y la familia vuelve a mudarse.
Estuvimos apenas un año y medio en Santiago, y como lloré al despedirme!
Fue tanta la fecundidad del Señor allí! Tantos los amigos entrañables que me regaló! Que nos regaló a toda la familia!
Como los quiero amigos-hermanos chilenos!
Y la Comunidad de Chile ya estaba mas que lista para tomar la posta.
Licha Palazuelos se hizo cargo de la Filial, ayudada por los de la primera hora.
Y…. la historia continúa, y ya les toca a otros seguir escribiéndola.
Maria