Ellas son un grupo de mujeres voluntarias que viven en la villa 31, y cada jueves, ofrecen su tiempo, su trabajo, su corazón, para atender a 50 abuelos. En la parroquia del P. Willie, ellas preparan y sirven el almuerzo a estas personas mayores que se acercan hasta allí.

Y el fin de semana pasado, ellas fueron invitadas a participar de un encuentro, coordinado por dos acompañantes espirituales, Victoria Dodero y Teresa Vedoya, que se realizó en el seminario de Devoto.
Allí las voluntarias pudieron compartir su corazón, escuchar la experiencia de las otras voluntarias, preguntarse cómo se sentían con el servicio que realizan, y reflexionar juntas en qué aspectos podían crecer. ¡Una jornada en la que todos se volvieron con el corazón lleno de amor, y maravillados de los que hace Dios en cada uno!