Por Marcela Ferro
¡Alabado SEA el Señor!
El último fin de semana del año, del 28 al 30 de diciembre, organizamos un retiro de fuego con la comunidad de la Parroquia N. S. del Carmen, de Ciudad Oculta.
Este retiro ha sido un regalo para cada uno de los que tuvimos la gracia de participar. Ha sido un regalo del Señor poder ser testigo del amor de Dios en cada persona. Éramos un equipo increíble integrado por Santiago y Tinita Delfino, Patricia Detry, María Gonzalez, María Esther Barquiza y María Ordoñez.
Nos sorprendió la maravillosa comunidad y sus sacerdotes, la sencillez y amor de las personas, con historias duras y corazones anhelantes de Dios, de crecer y conocerlo más Jesús.
Solo puedo decir: ¡¡¡Bendito SEAS Señor!!!
Que regalo Señor!!!
Nunca hubiera esperado que tuvieras este regalo para terminar este año tan movidito!!! Increíble, me conoces tanto que vas dándome lo que más me hace feliz, que es el encuentro con Vos.
Y decir eso, es decir servirte Señor, así como soy, entregándome por entero, con mis pequeñeces y mis grandezas.
Y me vas presentando lo que necesito sanar, las cosas de las cuales me pregunto el por qué o el cómo.
Y me reflejas en ellas… y me enseñas que ahí estas Vos… y así me vas moldeando, para que pueda sanar y ponerme cada vez más a Tu servicio.
Cuanto me falta!!! Cuanto aprendí este fin de semana!!!
Como me enseñaste los corazones, dañados profundamente y me permitiste ver la pureza del amor entremezclado con el dolor y la impotencia.
Me enseñaste la grandeza en la pobreza y la fortaleza en la debilidad.
Gracias Señor y gracias también a este equipo de primera, que dio TODO para que SEAS VOS EN TODOS !!!María González
Para mí fue una experiencia hermosa ( y me quedo cortita).
Lo que me maravilla de todos estos encuentros, no importa quienes ni cuantos, ni de donde venimos, es que la GRACIA DE DIOS se derrama, nos inunda, nos ahoga, y todo fluye sobre cada uno de los que participamos.
Les agradezco de corazón el haber podido integrar el equipo, con mi único pescadito y medio pancito!!!. Pero saben este año y el 2011 por razones válidas o no, o mis miedos o, o, o, muchos o, no viví ningún retiro. Este me lo regaló Dios. Qué sabio es!!!
Bueno les deseo a todo y todas un feliz año, y estoy al servicio.M. Esther Barquiza
Las palabras suenan pobres para expresar lo vivido…
Compartir la fe y la vida con esa comunidad maravillosa, ser testigo de sus historias…. traspasó mi corazón.
Fue contemplar en ellos el verdadero rostro de Cristo.
El mejor fin de año de todos los de mi vida !
Bendito y alabado seas por siempre, Señor, por este regalo.Patricia Detry
Volviendo del retiro con el corazón encendido quiero compartir lo bueno que fue. Tengo distintas imágenes: la linda casa de retiros de la Av. Independencia, sus patios, la llegada, los rostros tristes, esperando como sin esperar nada, su estar en cada lámina de las curaciones de Jesús, profundo estar, mirando mas allá, tomándose su tiempo, las primeras miradas de esperanza a medida que la oración y las charlas se sucedían, los gritos desde las entrañas que ninguno dejó de dar, la compartida chica que nos tocó en el grupo con el P. Sebastián, el párroco, ninguno dejó de decir lo que estaba viviendo, Sebastián tampoco.
Ya a la noche del sábado, en uno de los patios armamos nuestra capilla de la adoración, todos en redondo, y en otro patio al lado, habían llegado 5 sacerdotes de distintos barrios de emergencia de Bs As, reconciliando, todos elegían ir a su corazón, a encontrarse con el Dios con nosotros, sentí una alegría profunda, el Señor haciendo de las suyas los llamo a cada uno desde sus heridas que ya había transformado en gracias enormes de grandes. La adoración que iba a empezar a las 10.00 empezó casi una hora después, una bendita hora después.Luego, en la compartida, poder escuchar a cada uno, fue como siempre pasa, Dios actúa, y es increible como en apenas un día y medio transforma. Se fueron con esperanza, como decían «conocimos a un Dios cercano que nos toca, abraza y nos ama siempre».
El P. Sebastián y el P. Pipi, compartían en la ronda a todos, que el Camino al Corazón es bueno aunque sea doloroso, es profundo, es verdad, y como con palabras sencillas, el corazón se moviliza y comienza a vivir la paz.
Y allá volvieron con los corazones encendidos, sabiendo que vuelven a una realidad que no es fácil pero ahora queriendo amar más todavía.
Es como que nos estuvieron esperando desde hace tanto tiempo, que Sea.Santiago Delfino