“Navegar mar adentro”
El dolor y la muerte son parte de nuestra realidad humana, tanto como la vida. A veces vivimos adormecidos a esta verdad, sin tomar conciencia de ella. Hasta que la adversidad, la enfermedad, la tragedia y la muerte golpean a nuestra puerta.
En esos momentos, podemos escuchar la voz del Señor que nos invita a navegar mar adentro, a cruzar a otras orillas… atravesando las tempestades del dolor y la adversidad.
Este retiro es un espacio de encuentro con nosotros mismos, con el Dios de la vida y con los demás, para compartir por medio de palabras y silencios la experiencia de dolor que estamos atravesando. Es una experiencia de oración que nos ayuda a caminar nuestra vida con la mirada fija en el Señor.
A través de nuestra vida compartida, queremos ayudarnos mutuamente a descubrir presente entre nosotros la dimensión de eternidad y cielo que nos habita, en donde podemos estar siempre junto a las personas que amamos y ya murieron, aprendiendo a vivir así en la tierra como en el cielo y a gozar de la plenitud que el Señor nos promete a los que de verdad creemos en Él y encontramos en Él el sentido de nuestra vida.
La vida es una continua invitación a ir navegando mares cada vez más abiertos, cada vez más profundos. Nuestro ser querido orilló la eternidad plena, el cielo. Nosotros seguimos navegando, y percibimos esta invitación del Señor acompañada de un cúmulo de vivencias y emociones: dejar lo conocido, para dirigirnos a un lugar que desconocemos, a donde no elegimos ir, que nos llena de inseguridades y miedos…
Queremos dejarnos iluminar por la presencia del Señor, que timonea la barca de nuestra vida, conduciéndonos a lugares de plenitud.
Un tiempo para poner nuestra vida a la luz del Señor y para orar nuestros duelos; para vivir una experiencia de cielo, en la que podamos contemplar el amor que nunca muere.
Para quiénes
Para toda persona que ha vivido una pérdida y desea asumirla, aceptarla y abrazarla con amor.
Duración:
– 2 días
Metodología:
Es un retiro de silencio que nos dispone al don de la contemplación. Todo el retiro se desarrolla con la metodología del Camino al Corazón: a la luz de la Palabra del día y de la Eucaristía compartiremos momentos de oración que nos disponen a la contemplación, meditaciones, espacios de percepción y reflexión personal, ejercicios de integración y acompañamiento espiritual.