Se realizó en noviembre el Retiro anual de la filial Santa Fe, y esta vez fue coordinado por Mercedes Saubidet, Acompañante Espiritual de la filial San Isidro.
Compartimos algunos testimonios de quienes vivieron la experiencia de oración y encuentro:
Mi corazón se llenó de regocijo y de gracia con las experiencias de oración, adoración, Eucaristías, acompañamientos y compartidas. Quienes participan una vez, ya no quieren dejarlos jamás!
Lo que hemos vivido fue intenso, con la certeza de la Presencia del Señor entre nosotros, que se manifestó en gestos, miradas, abrazos, cariño y toda la ternura que solo Él puede regalar, haciéndolo posible en la comunidad reunida. Hemos sido amados y mimados, abrazados y apretados contra el corazón de padre y madre del Señor. Hemos sido durante cinco días, sagrarios unos de otros, donde el permanecer descalzos era signo de lo inviolable entre nosotros.
En lo personal sentí la caricia de Dios a mi alma, suavizando mi corazón lastimado, su consuelo que me trajo serenidad interior, y muchas emociones muy fuertes que no queda solo en lo sensible , sino que renovó mí espiritualidad.
Bendito seas Señor por este regalo.
Stella Maris Godino
Los cinco días de este retiro fueron deseados, necesitados, recibidos con casi ninguna expectativa, sólo la buena predisposición de vivirlo.
Me enseñaron a no preocuparme, si los pensamientos obstaculizan mi oración, lo importante era «mi decisión de ir y estar presente». Me enseñaron la importancia «de quererme», porque no puedo amar a los demás sin antes quererme yo».
Me enseñaron a sacarme las mochilas cargadas sobre mis espaldas con problemas de otras personas, necesito liberar ese peso para «vivir yo lo mío». Me enseñaron a «entregar», dejar de querer ser perfecta y estar solucionando todo, saber «entregarle a Dios todas mis preocupaciones y decirle que se haga su voluntad».
Quiero agradecer a quienes hayan sido los creadores de esta metodología de sanación. A Mercedes, que con su dulzura, simpleza y convicción llegó a nuestros corazones con ese» don maravilloso de la palabra». A todas las personas que trabajaron, para que este retiro se vivencie plenamente y pensando en darnos su amor y contención.
Mis últimas palabras son «el retiro se terminó, y volvemos a nuestros hogares, como dijo Mercedes, «nos llevamos a Jesús en nuestros corazones».
Miryam Hereria
Por primera vez fui invitada como Asistente en el Retiro anual. Apenas llegada al convento Santa Catalina, fue ponerle rostro a Mechi, con quien en realidad habíamos estado en retiros en Casa de María, pero no la recordaba; y qué sorpresa fue para mi esta maravillosa mujer, con su humildad y sencillez que da el Espíritu, que hizo todo fácil. Tuvimos un Retiro atípico, el Señor nos puso muchas pruebas; pero lo mas maravilloso fue que con todo no se perdió el clima, pudimos ver al Señor obrar sobre todas los asistentes, con La Palabra, la percepción, la Oración, la Adoración, el Silencio.
Me tocó acompañar a un grupo maravilloso de mujeres, que abrieron sus corazones y compartimos vida, me dejaron cada una, un gesto, una palabra, un sentimiento, una emoción, un dolor, una tristeza, una alegría… que mas puedo pedir solo dar gracias por todo lo recibido, que guardare en mi corazón y por poder ser testigo de tu paso Señor, por nuestras vidas.
Monica Modini – Asistente
Te alabo Señor por la Gracia derramada en este retiro que Tú me llamaste para estar en tu presencia. Me sentí en todo momento abrazada por Tí, Tú en mí y yo en Tí. Todos los momentos: oración, percepción, compartida, dinámicas, me hicieron resucitar a una nueva vida. Gracias a todo el grupo de maravillosas personas que trabajan para la sanación interior de cada uno y para mayor gloria del Señor. Gracias al Centro Filial Santa Fe
Silvia Galoppo – Asistente


Recuerdo una vieja canción que comienza así: «Dicen que viajando se fortalece el corazón pues andar nuevos caminos te hace olvidar al anterior…» Me vino a la mente porque lo que viví en este retiro fue un verdadero viaje a mi propio corazón, a lo más profundo y sagrado de mi existencia. Y en este viaje tan particular, mi corazón no solo quedó fortalecido, como dice la canción, sino también renovado y pleno.
Gracias a Dios, a mi esposa Elmi, a la generosidad de Mechi y de todas las personas del CESM Santa Fe que prepararon este retiro y a las que ayudaron, pude emprender ese apasionante viaje. Un viaje lleno de aventuras, intrigas, miedos, dudas y sobre todo, lleno de Amor. Un viaje que valió la pena comenzar, en el que mi vida se fue iluminando desde el centro de mi existencia y transformando mi forma de vivir, de pensar, de sentir, de hablar y de hacer. Así, todo empiezo a tener sentido, coherencia y consistencia. Pude comenzar a percibir la vida cotidiana con mayor atención, descubriendo su profundidad y riqueza.Sergio Orlando


