Gracias porque soy la mamá de María, que fue con miedo porque no conocía a nadie y volvió FELIZ. Gracias porque le encantó la experiencia: las charlas de los chicos, la presencia de Matu y Mery, los juegos, las compartidas, los momentos de oración, los cantos en la capilla… ¡y el acompañamiento espiritual de las madres, que fue lo que más le gustó!!! Gracias porque se sintió escuchada, querida y abrazada.
Gracias porque soy testigo de la experiencia de estos retiros en sus comienzos, cuando Inés empezó a darlos a adolescentes hace mas de 30 años… y siento que la experiencia se renueva y se agiganta en el carisma, que sigue vivo y resplandeciente, impactando con toda su fuerza en el corazón de los adolescentes de hoy.Gracias porque amé y amo la Escuela de Catequesis del Centro, que fue cuna de nuestro carisma del SEA… y vi en la misa del retiro a muchos, muchos padres que hoy tiene hijos adolescentes, que fueron alumnos de nuestra Escuela, que en algún momento pasaron por la experiencia de estos retiros y hoy vuelven trayendo a sus hijos… MI corazón lloraba de alegría y acción de gracias.
Gracias porque yo «vi» en esos chicos que salían del retiro una expresión que me es MUY conocida, que es fruto de nuestro carisma: caras sonrientes, de una profunda, genuina y sencilla alegría; contentos con la experiencia vivida, sin poder decir mucho qué fue lo que hicieron, pero con la certeza de que todo fue MUY lindo; felices de sentirse reconocidos, llamados por el nombre, queridos, abrazados y escuchados; tranquilos, con una vivencia calma, absolutamente conectada con lo normal de sus vidas cotidianas; divertidos por haber estado juntos en un clima de libertad y encuentro; con muchas ganas de volver y de invitar amigos.
Gracias enormes a todos!!!!!! Ojalá les llegue mi abrazo de agradecimiento a cada uno de los que lo hicieron posible.
Dolores Tassara
Retiro de adolescentes: una experiencia que se renueva y se agiganta
agosto 27, 2015 por