Son retiros que buscan encender el fuego del amor de Cristo en los corazones de quienes participan. Los Retiros de Fuego generalmente son organizados por los participantes del GEDEC, que encendidos a partir de su experiencia en el Gran Encuentro, buscan replicar esta experiencia en sus propias comunidades.
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Es nuestro deseo llegar a muchas más comunidades, si es posible de lugares más lejanos y privilegiando aquellos a donde no llega atención espiritual de forma regular.
Inés Ordoñez de Lanús
Cómo surgen los Retiros de Fuego
Lo que inicialmente comenzó siendo un acompañamiento, a lo largo del año, a las comunidades participantes del Gran Encuentro de Catequistas, a partir de la experiencia del GEDEC 2011 se convirtió en una presencia aún más cercana a través de la promoción y ayuda en la implementación de los Retiros de Fuego. Estos retiros que los participantes del GEDEC fueron replicando en sus propias comunidades, siendo ellos mismos fogoneros del amor de Cristo.
Por eso ahora podemos decir que “el GEDEC se vive todo el año”.
Durante el año 2011, el XIX GEDEC se replicó mediante Retiros de Fuego en Concepción del Uruguay (Entre Ríos), San Juan, Franck (Santa Fe), Mendoza, La Cava (San Isidro), San Justo (Santa Fe), Villa Huidobro (Córdoba), Taco Pozo (Chaco), Santa María (Catamarca), Hurlingham (Buenos Aires).
En 2012, el lema de los Retiros de Fuego fue «Jesús, reaviva nuestras comunidades con el fuego de tu amor», y se extendieron a Santa Rosa (La Pampa), Las Tunas (Benavidez), Tucumán, Mar del Plata, Mendoza, Catamarca, Taco Pozo (Chaco), Maria Auxiliadora (Santa Fe), Ricardo Rojas (Buenos Aires).
En 2013 llegamos a más comunidades, superando los 1000 participantes. Y en 2014, alcanzamos a más de 1300 personas, que son testigos del amor de Jesús.
En 2015, nuevos pueblos y comunidades recibieron los Retiros de Fuego, y fueron aproximadamente 1500 las personas alcanzadas por estos encuentros. Durante 2016 y 2017, nuevas comunidades abrieron las puertas a los Retiros de Fuego, permitiendo irradiar este mensaje en diferentes lugares de la patagonia, así como del litoral argentino. Bendito seas, Señor!