¿Por qué decimos que la oración contemplativa es un atajo en el camino al corazón?

Muchos hombres y mujeres comienzan a hacer la experiencia de que el sentido de la vida sólo puede descubrirse en la profundidades del si mismo y se acercan a la espiritualidad buscando nuevos caminos y respuestas. Frente a esta búsqueda, los cristianos tenemos un tesoro para compartir con el mundo: es Jesús, el resucitado, que nos invita a contemplar el rostro del Dios.

Lo que durante mucho tiempo fue una experiencia de algunos pocos contemplativos o místicos,hoy se ha generalizado y es la búsqueda de muchos que quieren aprender a vivir. En sus profundidades, el corazón sólo sabe contemplar. Allí se acallan los pensamientos, las palabras y las emociones; el cuerpo se aquieta, y todo en nosotros permanece atento y despierto al Dios con nosotros. Sumergidos en los abismos de su misericordia, atentos y despiertos, aprendemos a estar en su presencia. La oración contemplativa nos enseña a vivir, nos ayuda a vivir la fe en la vida y la vida desde la fe.