Recién llegadas del «Retiro para madres embarazadas o con bebes», algunas mamás nos comparten su experiencia del fin de semana en Casa de María donde pudieron encontrarse con ellas mismas, con sus bebes (en la panza o ¡ya fuera de ella!) y con el Señor, que las sostiene en esta inmensa tarea de «ser madres».
Después de muchas vueltas, me decidí. Dejé a los tres chicos más grande y me fui con el cuarto (de cuatro meses) de retiro y ¡qué bueno que lo hice!
Estaba todo preparado para recibir a un montón de bebes: juguetes, comida y ¡hasta babysitters! Fue buenísimo experimentar cómo en el medio del ruido de los chicos, podíamos igualmente escuchar todo lo que Dios tenía para decirnos.
Con oraciones, meditaciones, charlas y acompañamiento, volví mucho más conectada conmigo misma, con mi realidad y con un Dios cariñoso que no se cansa de buscarnos y de esperarnos. Fue una experiencia muy sanadora en muchos aspectos.
Hace mucho bien dejar que Dios nos recuerde que no estamos solas, que El está permanentemente sosteniéndonos en la lucha y en la alegría de ser madre, hija, esposa, trabajadora, y que quiere que le entreguemos todo nuestro cansancio y nuestros problemas. Vuelvo a mi vida mirando las cosas desde otro enfoque, en paz y descansando en Dios.
Agustina
El retiro fue sumamente reparador y liberador para este momento de mi vida donde las preguntas y los cuestionamientos están a flor de piel. Me ayudó muchísimo para elegir desde dónde quiero transitar mi maternidad con este bebé y con mis otros tres hijos. Volví a mi eje después de la coctelera que significa para una mamá el parto y el primer mes de vida de su bebe.
Eleonora
Este es el segundo año que hago el retiro. El año pasado lo hice embarazada de casi 4 meses de mi primera hija y éste ya con Delfina de 9 meses y medio.
El año pasado pude encontrarme con mi panza y soñar y pedirle a Dios y a María poder ser una buena madre. Plasmar mis miedos y entregarlos a Dios. Tan feliz volví a casa que esperé ansiosa un año para hacer el retiro con Delfi.En cuanto al retiro de este año: La verdad es que volví renovada. Feliz y con una profunda paz. Es un retiro diferente. Es un encuentro con Dios dentro del ruido de bebes y niños chiquitos. Es un retiro con mucho tiempo para reflexionar, descansar o hacer lo que necesites. Hay chicas jóvenes que te ayudan con los hijos y te los cuidan en las actividades si es que uno lo quiere. Es un retiro en el que con el ruido de los niños se vive igual la paz de un retiro.
Ahora veo a Delfi un poco diferente: la miro con ojos todavía mas maravillados y generosos. La miro y me enamoro. Veo en ella a Dios y experimento profundamente la maravilla del ser madre.
El retiro me hizo frenar y poder dedicarle en forma exclusiva dos días a meditar y profundizar sobre lo que estoy viviendo en cuanto a ser mamá.
Ver a tantas madres viviendo lo mismo, y escuchar y compartir nuestras experiencias es tan enriquecedor que recién ahora ya de vuelta en casa noto mas la riqueza de la experiencia vivida en el retiro.
Volví enamorada de este rol que me regaló la vida y -dentro del agotamiento lógico que vivo por la combinación de ser mamá, mujer, amiga, hermana, hija, trabajadora, etc.- dispuesta a poder buscar el equilibrio en Dios, en su paz. Dejarme sostener por Él y por María y llenarme de esa fuerza única de su espíritu que me ayuda a poder vivir con amor cada entrega realizada a mi hija Delfi.
Sólo tengo palabras de agradecimiento por la oportunidad de dejarme vivir un retiro tan especial ya dos veces en mi vida.
Catalina