Saboreando el gozo de los GEDEC, que se van sucediendo uno a otro, cada fin de semana, compartimos algunas fotos… ya vendrán más. Hay mucho por compartir..cuánto gozo, cuánta alegría!
Compartimos también algunos testimonios de quienes participaron de estos encuentros:
Desde que llegué sentí el recibimiento maravilloso de todos y cada uno de los talleristas, las caras de felicidad me sorprendieron y el amor con que me miraban y nos miraban a todos era maravilloso, extraordinario percibirlo, sentirlo, vivirlo. Cómo lo trasmitieron me permitieron abrir mi corazón,
ensancharlo, llenarlo de felicidad y compartirlo. A través del acompañamiento, la percepción, la oración, pude aprender una nueva forma de perdón y entrega al Señor, que me ayuda y me hizo ver mi propio corazón. Que me deja darme cuenta que este es el camino, el primer paso. Solo el comienzo para poder sanar heridas de mi historia que hoy no me permiten ser feliz y aprender a encontrarme con el Señor y como me habla y me ama de diferentes maneras.
Me voy súper feliz y con un enorme e inmenso Graciasss!! Y con el deseo de seguir y que no se apague en mí esta pequeña llama.Patricia (José León Suárez, Bs. As.)
Vine para reencontrarme con Jesús y Dios porque me estaba alejando de mi roca que es Dios por mi estado depresivo y mi falta de ánimo, y como todos los GEDEC me llevo todo y no quisiera irme nunca de aquí.
Gracias al grupo, a las coordinadoras, a Inés y a todo el centro Santa María GRACIAS GRACIAS, Y alabo a Jesús.
Bendiciones para todos y nunca dejen de hacer esto que es hermoso, que ayudan mucha gente a encontrarse con Dios y a mí misma. Gracias los quiero mucho!
SALMODIANDO MI EXPERIENCIA
Señor estoy rebosante de amor,
Antes estaba como muy metida en mí, tú me has transformado dándome mucho amor.
Ahora puedo decir que estoy feliz y voy a poder compartir todo esto a mis hermanos!!!Gracias Señor mi salvador,
Por entrar en mi corazón duro y oscuro
Y llenarlo con tu luz y misericordia,
Para que yo sea luz en mi comunidad y en todo lugar.Llegué Señor con mi mente turbia y mi alma que se contradecía por mucho;
No solo abriste mis ojos para ver lo que necesito y anhelo, sino que ayudaste a mi corazón a abrirse también a los demás.
Transformaste mis pensamientos y mi alma en tan poco tiempo, Así de rápido llegaste a mi interior, que mis ganas también están apuradas por lograr lo que deseo para mí, para así estar plena conmigo misma, con los que me rodean siempre bajo tu amorosa mirada de Padre.
María Elisa (Córdoba)