Ecos de la escuela Camino al Corazón en San Antonio de Areco

escuela_areco_2013_01Como cierre del primer año de la escuela «Camino al Corazón» para adultos, algunas participantes nos comparten su experiencia del recorrido iniciado, a partir de este espacio de formación y oración.

Cuando uno tiene un tesoro, debe resguardarlo, cuidarlo, protejerlo. Cuando ese tesoro se llama FE, a todo este cuidado, se debe agregar el acrecentarla.

La vivi toda mi vida, con tanta naturalidad, que no se hasta donde hice algo para que creciera. La sentía, me daba seguridad, estaba en mí y era mi arma secreta, siempre la tenía a mano. Era mía y ¿hacía algo para que no decayera? Solo agradecía y la vivía!

Esos caminos del Señor! Llegué hasta la escuela Camino al Corazón!

Refugio de lunes, casita para encontrar al Señor, llama para alimentar mi espíritu, entrar sin saber a qué y salir con mucho fuego interior.

Llegaron a mí conocimientos del Antiguo Testamento, de los diferentes libros y capítulos y Salmos y anécdotas de Santos que parecían estar escritas ese mismo lunes. Siglos que se hacían presente y presente de dolores y angustias que ya se habían vivido siglos ha!

Y tropezar con vidas complicadas y sin salida que cargaban nuestra mochila e hicieron madurar las nuestras. O la carcajada feliz de quien compartía un gran momento y sentir que se podía agregar la nuestra y desfilábamos en el carrusel de la alegría. ¡Cuánta enseñanza a través de la vida de los otros! ¡ Cuánta enseñanza a través de las Escrituras!

¡ Cuanto aprendi y no sé si en cantidad o fijación de cada cosa..Sí, que dejó huellas, que me acariciaron el alma.Es probable que no pasara un examen, porque no fijaba esos conocimientos, los escuchaba, me llegaban, los incorporaba y están, quietecitos en mi mochila. La engrosan y me ayudan a vivir en libertad, la libertad que da el Amor de Dios !

Aquí estoy, frente a un casi examen de conciencia, desnudando mi verdad de lo que fue haber estado en este sitio en que mi fe recibió un espaldarazo!

Donde,una vez mas, sentí ser la hija dilecta y amada del Señor! ¡ Mil gracias!

Cristy

escuela_areco_2013En este curso aprendí aspectos de la Biblia, sobre todo del Antiguo Testamento, que no conocía. Es fascinante estar leyendo los Salmos sabiendo que Jesús y María los leían, que son tan actuales. La experiencia de Jeremías, David, Rut,… con tanto paralelismo en mi vida …

Me enseñaron la importancia de tener un espacio diario de reflexión. Me dieron las herramientas necesarias y mucho material para ayudarme a realizar ese espacio y establecer un encuentro conmigo misma y por ende con Dios, como lo son la oración contemplativa, entre otros, y silenciarme de tanto “ruido interno” que no deja escuchar con claridad ni el corazón ni a Dios …

El curso discurrió muy ameno, con actividades diversas que esperaba con curiosidad por ser muy vivenciales y charlas magistrales muy ricas en contenido y sentimientos, que me sirvieron para ahondar más en mi autoconocimiento y la relación que ello tiene con el conocimiento de Dios; desterrar ideas antiguas equivocadas acerca de Dios y en definitiva, se reafirmó mi fe.

También compartimos algunas experiencias intensas de vida que me enriquecieron y emocionaron haciéndonos reír y llorar. Conocí la importancia del sigilo.

Se creó un clima agradable y sentí el amor fraterno. Estoy inmensamente agradecida.

Me siento elegida y amada por Dios y eso me da energía vital.

Elvira

 

En la escuela aprendí a llenar mi corazón de serenidad y fortaleza, que ante distintas situaciones me faltaba, no sólo para mí para quienes me rodean.

Aprendí a salmodiar la vida. No me había detenido a ponerlos en práctica ni ver la riqueza que transmiten cada uno de los salmos para sanarme espiritualmente.

El grupo humano fue abierto y enriquecedor,así lo vi y sentí, aunque todas por ser un pueblo chico ya nos conocíamos. Este lugar era de cada una, muy especial, era el lugar del encuentro con el Señor, que esperábamos con ansias todos los lunes, era el lugar de escucha y compartida de nuestros corazones.

Cada encuentro tenía su sorpresa que golpeaba el corazón de una manera que perduraba en la semana la sensación del amor que se transmitía en cada encuentro.

Mare