¿Por qué queremos dar gracias? Dejemos por un minuto que brote el “gracias” desde las profundidades del corazón: en este día, en este tiempo, en toda mi vida… ¡Gracias! ¿Por qué quiero decirte gracias, Señor?
Me pregunto si en mi vida surge la acción de gracias, si soy una persona agradecida. ¿A quién hoy me gustaría decirle “gracias”? Quizás a alguien a quien nunca se lo dije… y quizás también, por algo que nunca puede agradecer. Tantas personas que estuvieron tan cerca, que manifestaron tu Presencia, Señor, tu cuidado, tu ternura. Tu corrección, tu límite. Tu misericordia. Gracias. Muchas gracias por toda nuestra vida.
Me pregunto si puedo mirar esos momentos de la vida tan terribles, de tanto dolor…, y desde este ahora, decir: gracias.
Me pregunto de quiénes necesitaría escuchar que me digan: gracias. Estas personas no me lo pueden decir, no me lo saben decir, pero voy a escuchar al Señor, que me dice: gracias. Gracias. Qué misterio de Amor que seas vos, Señor quien nos agradece a nosotros.
Gracias. ¿Cómo no darte gracias, Señor?