¡Dejarnos abrazar por tu misericordia, Señor!

Retiro_perdon_2014_01Compartimos los ecos del Retiro del SEA «Aprender a perdonarnos», que tuvo lugar en Casa de María. Un fin de semana donde pudimos experimentar la misericordia del Señor, «que no se cansa de perdonar».

 

Invitada a la casa de María

¡Que lujo y que honor poder pasar todo un fin de semana con Jesús y la Virgen! Qué lugar tan especial que es Casa de María… Verdaderamente es como ir de invitada a la casa de ella que con tanto amor nos invita, nos recibe, nos hospeda y nos abraza. Que fuerte se siente su presencia… Se nota que ella tiene todo pensado y planeado con todo el amor del mundo para que pasemos unos días inolvidables y nos sintamos como sus invitados de honor.
Volví a ser y a sentirme hija por un fin de semana donde todo estaba pensado para mí, donde me sentí tan mimada, abrazada, mirada y amada. No tuve que pensar en nada, solo tuve que sentir…
Tuve tiempo para poder estar con ella a solas y charlar de tantas cosas que en la vorágine de la vida diaria nunca tengo tiempo. Pudimos hablar de todo y ponernos al día con tantos temas pendientes que teníamos. Hasta tuvimos tiempo para discutir!! Claramente nos debíamos una gran charla…
No quería dejar de compartir mi experiencia porque realmente considero que es un mimo de Dios y de la virgen para TODOS, y ojalá todos vayan a buscar y recibir su mimo… No se lo pierdan!!!! Todo lo demás puede esperar… y esta experiencia nos hace vivir todo ese «demás» de una manera tanto más linda, plena y libre. Ellos están ahí esperando que vayamos!!!
Por último, y no por eso menos importante, un gracias enorme a todo el equipo por entregarse de lleno a ser instrumentos para que todo SEA como ella lo tiene planeado.

Luli Plaghos

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Sentir Su presencia

Recién hoy salgo de la «nube»que generó en mí el Retiro del Perdón! En realidad me sentí muy feliz los dos días que estuvimos allí. Feliz de estar tan cerca de Cristo, («…que bien se esta aquí Señor!» resonó en mí todo el tiempo), feliz de compartir con el grupo maravilloso de personas. Nunca sentí el silencio como una carga… si bien mis labios no se movían, era como que la paz me colmaba y no necesité hablar!! Cuando llegue, pensé que sería un retiro mas, un acercarme mas a Cristo pero resultó ser un sentir a Cristo presente todo el tiempo, sentir su amor incondicional mas allá de lo que yo haga o deje de hacer. Ojala pueda volver a compartir este tipo de experiencias junto a ustedes. ¡Que la fuerza del Espíritu Santo las sostenga para seguir trabajando en estos encuentros!
María Isabel S.

 

Oxígeno para el alma

Tengo muchas ganas de contarles que esta experiencia de Dios fue un regalo especialísimo. No la esperaba, surgió como cuando las piezas de un puzzle te van encajando y así, el viernes estaba en la combi, rumbo a Casa de María gracias a una cadena de hechos “afortunados”. Con esa vorágine diaria que arrastraba, entré al retiro del Perdón, incluso pensando: -Que tendré que ver yo con todo esto de perdonar? Y perdonarme, ¡¿para qué?!
Pero el Espíritu Santo, que es mucho mas sabio que todos, y nos conoce con pelos y señales, sopló y sopló durante todo ese fin de semana.
Cuántos momentos fuertes vivimos, cuánto tiempo para caminar hacia lo profundo del propio corazón y al de los demás, tiempo para sanar, reflexionar, perdonar y encontrar las ganas y energías necesarias para seguir caminando a pleno nuestra vida. Cuanto oxígeno para el alma!!!!!
El equipo: un lujo!!!! Una calidez de personas y sus palabras un bálsamo a nuestros corazoncitos lastimados.
El lugar: ideal para ver la manifestación permanente de Dios a través de la naturaleza.
No tengo más que decir que nos contagiaron la alegría, la misericordia, el amor de Dios para poder continuar nuestros caminos amigados con nosotros mismos y con los demás.
Un GRACIAS enorme, Tere Vedoya y equipo porque fueron instrumento perfecto del amor Paternal de Dios, iluminaron nuestros días e incluso estoy segura, nos ayudaron a retomar “la diaria” con nuevo sentido y placer.
Gloria S.

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Este retiro es el sexto que hago en Casa de María. Llegué el viernes con tristeza, desasosiego y algunas broncas y enojos con Dios, por la muerte repentina hace dos meses de mi hermano, si bien confío en que Martín está bien con Dios, me enoja, me enojaba porque permitió que pasará, con El, por no cuidarse, por no permitir que lo ayudemos, conmigo por no haberme dado cuenta que necesitaba ayuda, con mis padres por las situaciones que generaron a lo largo de nuestras vidas. Lloré, lloré mucho, limpié, y vuelvo a casa liviana con tranquilidad, con la certeza que tengo que disculpar y sobre todo disculparme y asi empezar a quererme…

Maria Cecilia L.

Buenos Aires, noviembre, 2014