Atravesar la soledad, acompañados

Compartimos dos testimonios de personas que participaron del último Retiro «La Soledad se hace Luz» en Casa de María. Gracias por abrir su corazón y compartir lo vivido, para que otros se animen también a tener esta experiencia.

Y la Soledad se hace Luz…

Esa fue la propuesta del aviso que anunciaba el retiro destinado especialmente a aquellos que hoy caminamos sin otro por la vida, y por momentos sentimos una profunda soledad.

Así, sin demasiadas expectativas decidí sobre la hora aprovechar el espacio que me ofrecían ese fin de semana, para encontrarme conmigo misma, con otros en mi misma situación y con Dios.

Hoy puedo ver claramente lo bien que hice en seguir a mi corazón, que me llevó –iluminado seguramente por el Señor- a atender ese llamado.

La experiencia de conectarme con lo que me pasa, con lo que estoy pasando y mis sentimientos fue muy reparadora, reconfortante y enriquecedora.

Todo contribuyó a que ese fin de semana pase a ser muy importante en mi vida, lo enumero sin que sea taxativo y en el orden en que se me fueron presentando las cosas de alguna manera:

1) El lugar, con toda la belleza, calidez y comodidades necesarias para olvidarme de todo y tener la posibilidad de conectarme con Dios y conmigo, sin preocuparme de otra cosa. Me sentí mimada y atendida, me ayudó mucho además a descansar de las cosas cotidianas donde es a mí, a quién le toca ese rol para con otros.

2) La coordinadora y sus asistentes que con su calidez, experiencia, dedicación y ejemplo me mostraron que hay otra mirada; otra forma de sentir para las cosas que me pasan, vivo y siento. Me sentí contenida, valorada y hasta podría decir querida, aunque fue mi primer contacto con ellas.

3) Los otros que participaron del retiro -mujeres y hombres- que desde su lugar me ayudaron a ver que no hay una sola forma de sentirse solo, sino que hay una por cada uno ya seamos varones o mujeres. Esto fue además de enriquecedor, consolador. Uno piensa muchas veces, que es al único al que le pasan ciertas cosas o tiene ciertos sentimientos, y aprende con bastante rapidez que no y que tampoco es una cuestión de género.

4) El Señor que se hace presente, se respira, se hace casi palpable. En la oración contemplativa, en cada paso que uno da en medio de la percepción del entorno, que no cabe duda que es su creación; sea por el paisaje o por la presencia de Él en los otros. Esta experiencia es muy plenificadora. Por más que siempre creí saberlo, fue allí, donde pude hacer el cierre de que realmente no estoy sola y lejos de eso estoy siempre más que acompañada. Fue en esa intimidad con Él, en donde sentí que me hace saber que me ve, me guía y me lleva por los caminos que más convienen a mi existencia, aunque sea yo quien pueda no haberlo visto o sentido de ese modo.

Sería largo para este espacio contar todo lo que esa suma de cosas me ha cambiado. Fundamentalmente me ha dado las herramientas para combatir aquél sentimiento de profunda soledad que hoy ya no está en mí. Hoy veo de otro modo, siento distinto. No he resuelto mi vida aún, pero la estoy viviendo con mayor plenitud, alegría y esperanza.

No tengo más que agradecimiento para con Dios, con el Centro de Espiritualidad que hace que estén estos espacios disponibles para mí, y para con quienes con tanto amor y dedicación ponen su tiempo, inteligencia y calidez para ayudarnos y guiarnos por estos caminos que como mínimo se sienten sanadores. Gracias!

Maru S.

 

Amiga de mi realidad actual

El fin de semana del 9 al 11 de octubre fui al retiro «La soledad se hace luz». Realmente, el título me impactó desde el momento en que me anoté… ¡qué fuerte me sonó en mi interior!
«Y sí -me dije- tengo que aceptar este nuevo traje, tengo que sentirlo mío», y ahí partí a Casa de María.
Es un lugar donde los cinco sentidos los despliego con todo. Que placer fue estar allá.
Qué bueno estuvo, las dinámicas, los ratos de oración, las compartidas cuanto me enriquecieron, que bueno fue sentir que todos hablamos el mismo idioma.
Cada uno de los que estábamos tanto participantes como coordinadores, con una realidad de soledad diferente, por distintas circunstancias.
Realmente me sentí flotar.
En Casa de María me encuentro con Jesús y con María de una forma tan pero tan palpable.
Fue la primera vez, después de tantos años, de ir a tantos Retiros que no me importaba si conocía a alguien. Estaba dispuesta a ir y a dejarme sorprender con todos los que iba a conocer y así fue!!!!!
Que bueno fue descubrir que en realidad no estaba sola, cambié ese término en mi hoy. Cuantos a mi lado están y eso cambió la mirada que tenía de mi misma y me hice amiga de mi realidad actual.
Gracias, gracias y muchas Gracias a Mechi, espectacular realmente!!!!! A Lola como siempre idola total y a Marita que no conocía.
Muchas gracias a cada uno de los que participaron de este Retiro que me hicieron vivir unos días maravillosos. Y por sobre todo muchas gracias a la Vida, a Jesús y a María por su compañía diaria.

Sandra S.