¡Qué difícil resulta a veces expresar en una reseña breve lo que se vive en los Retiros de Fuego! Es tanto lo que se moviliza, lo que despierta, lo que se enciende, que cuesta resumirlo!
El pasado fin de semana, los Retiros llegaron a dos cárceles en Mendoza, y alli partió el equipo integrado por Alicia y Rafael Barruti y Anita y Ricardo Santamarina. Realizamos cuatro jornadas para agentes pastorales, personal penitenciario e internos de los penales de Almafuerte y San Felipe.
El primer Retiro fue para los agentes penitenciarios. Participaron 25 personas que trabajan en distintas áreas del servicio penitenciario. También estuvieron el capellán general de las cárceles de Mendoza, P. Marcelo de Benedictis, y dos agentes pastorales. «Estaban tan necesitados de un espacio como éste -reconocen los miembros del equipo de Retiros de Fuego-. ¡Era la primera vez que se ofrecía un espacio de crecimiento espiritual para los que trabajan en la cárcel, fue conmovedor!«.
El sábado 6 la jornada estuvo dirigida a los agentes de la pastoral penitenciaria, es decir, voluntarios que concurren a las cárceles.
El lunes 8 el Retiro de Fuego fue en Almafuerte. Ya es la cuarta jornada que ofrecemos en esta cárcel, invitados por el capellán, el P. Roberto Juárez. Frente a la difícil realidad que viven quienes cumplen ahí su condena, el camino al corazón les propone abrirse al perdón, a ellos mismos, a los demás y a Dios para abrazar la vida, tal como se presenta… y caminar con esperanza hacia la Pascua de Resurrección.
El martes, gracias a la hermana Eliana que nos abrió las puertas, fuimos por primera vez a la cárcel de San Felipe, que alberga a los internos procesados, sin condena. «Pudimos recibir corazones dolidos, con historias desgarradoras, pero con lugar para la esperanza».